domingo, 28 de octubre de 2018

Coffee Break #3: una tarde tranquila en Fidela Tienda y Té



¡Hola a todos y todas!


Que lindo encontrarlos de nuevo en esta sección. 
Si no saben todavía de qué se trata todo esto, es simple: una vez por mes visito cafés y lugares lindos para sacar fotos, además de disfrutar una buena merienda. 
El de hoy es uno especial y muy tarde en el mes, ya que no tuve mucho tiempo de pasar un rato tranquilo. Son tiempos difíciles con la facultad y estudiar para los parciales, pero por un par de horas, vamos a desconectar y hacer lo que nos gusta. 

¡Espero que lo disfruten!



Lo primero que quiero destacar de este lugar es la atmósfera tranquila y tan hermosa que me dio en cuanto puse en pie dentro. Las decoraciones son simples, coloridas y la atención fue muy buena.
 


Hacía un tiempo ya que quería venir a Fidela Tienda y Té, porque se encuentra en Luján y, en mi opinión, a la ciudad le faltaba un lugar como este. A la hora que fuimos no había mucha gente, pero siendo sábado a la tarde, se podía disfrutar mucho de ese modo. 


Ahora sí, lo que creo que todos estaban esperando.
¿Qué pedimos? 


Fui con mi mamá, muchas gracias a ella por hacerme el aguante cuando me encapricho con un lugar para ir a sacar fotos de libros. 
En fin, ella se pidió un capuchino, simple y normal, incluso cuando había muchas opciones que se veían completamente tentadoras (tendremos que volver pronto) y yo pedí un frappe de frutilla (era más como un licuado, pero igualmente estaba riquísimo), acompañado de un  waffle con frutos rojos, dulce de leche y chocolate (se le puede poner hasta cuatro ingredientes).

Admito que me impresionó mucho la calidad del producto que nos ofrecieron. Fue una agradable sorpresa saber que con tan poco se puede hacer mucho. El menú también era simple, pero tienen de todo al mismo tiempo, sin rebuscarse mucho. 

Durante el tiempo que estuvimos ahí, saqué muchas fotos de libros que van a poder ver la próximas semanas en mi bookstagram (@thebestfriendabook). 

Las chicas que atienden fueron muy amables al dejarme sacar fotos y sé que voy a volver porque no solo tienen muy buena comida, sino que también venden tazas hermosas que tienen expuestas en un vidriera en cuanto entrás a la tienda. Se nota de entrada que hay mucho trabajo y mucho amor puesto para que los clientes se sientan en casa.
Tiene un toque rústico con moderno y eso hizo que me dieran ganas de quedarme ahí por horas. 

En fin, creo que por hoy no tengo mucho más que contar, ya que las fotos hacen el trabajo por mí. 

Disfruté mucho de el día de ayer y espero que se repita, pero por el momento, seguiré visitando cafés alrededor de la ciudad que me llamen la atención y después voy a volver con mi informe. 

A continuación les dejo algunas fotos más.








¡Muchas gracias por leer y acompañarme otra vez acá!

Nos leemos pronto. 





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